El verano está contraindicado para quienes son demasiado sensibles a pasar por alto y saltarse a la torera el ritmo de una alimentación equilibrada y saludable. Todo un reto durante el resto de los 9 meses anteriores, y que ahora, en este triángulo veraniego que va de julio a agosto / septiembre, se diluye. Son días de alternar con familia y amigos y no son pocas las ocasiones en las que comer fuera de casa se antoja todo un aliciente al que pocos no se rinden. Nuestra tolerancia a comer todo lo que se nos antoja y sin dietas de por medio … suele ser práctica extendida. Un menú en el que habitualmente no faltan los helados, las bebidas azucaradas, la comida rápida o preparada, el alcohol, los dulces … en detrimento de frutas, verduras, pasta, ensaladas … Al final, conforme pasan los días de chiringuitos y playa o piscina, la media de kilos que implementamos está entre 4/5, lo que viene a suponer al menos, 2 tallas más de las que habíamos conseguido reducir en el tan lejano invierno, otoño y primavera.
Por tanto, entre las recomendaciones para que este verano intentes mantener tu dieta y tu talla a raya … empieza por el desayuno.
1 . ¿ Sabías que 8 de cada 10 españoles suspenden en la primera comida de la mañana ?
Así lo recoge la revista Sportlife. Si no quieres empezar el día torcido, deberías hidradarte tras un largo período de ayuno – la noche- . Comer fruta, incluir los lácteos – huevos, tortilla, queso, pavo, jamón … – comer grasas ¡ pero de las buenas – adiós bollería con exceso de grasas hidrogenadas – ! y tomar pan para ingerir hidratos – elige panes integrales, frutas, verduras, arroz, yogures …
2. Evita cambiar en exceso tus hábitos saludables. No hay alimentos prohibidos pero deberías desterrar de tus comidas, el azúcar blanco, las grasas saturadas, la sal, el trigo (sustituirlo por el centeno) y los lácteos de vaca (sustituirlos por leches vegetales o de cabra)
3. Mantén una dieta calórica acorde a tus necesidades. Nunca por debajo porque eso nos llevará a la ralentización del metabolismo. No olvides los hidratos de carbono. Entrena y come “limpio” y respeta las 4/5 comidas al día.
4. Prima las formas de cocción más sanas (al vapor, al horno o a la plancha) y evita los fritos y la cocción a muy altas temperaturas.
5. No pases más de 3 o 4 horas sin comer. Las ingestas más copiosas deben ser desayuno y almuerzo, mientras que las cenas deben ser ligeras (primando verduras, sopas o ensaladas) al igual que los snacks de media mañana y media tarde, que pueden ser fruta o frutos secos.
6. Evita el sedentarismo. Camina al menos 25-30 minutos al día. Evita tentaciones. Es difícil resistirse a una buena mesa. Lo sabemos 🙂 pero al menos no te quedará la sensación de que hagas lo que hagas no consigues mejorar.
Foto: Pixabay
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